Pueblos cercanos
Desde nuestro camping los visitantes pueden disfrutar de un gran numero de pueblos cercanos en la provincia de Cádiz, situados todos a pocos kilometros de distancia, destacando entre otros:
Vejer de la Frontera
Vejer de la Frontera se encuentra situada al Sur Oeste de la provincia de Cádiz, y se extiende sobre la región inmediata a la Comarca de la Janda, al oeste de la misma.Limita con el Atlántico, Conil, Chiclana, Medina Sidonia, Tarifa y Barbate.
La ciudad se halla edificada sobre un cerro que, cortado por el río Barbate, desciende hacia el mismo en acusada pendiente, a la que debe la población unas fantásticas vistas.
En la foto podemos ver a una cobijada con las vestiduras típicas de la época.
Está situado a 54 kilómetros de la capital, accediéndose fácilmente a través de la A-48. La situación estratégica con la que cuenta el pueblo le hace posible llegar a través de diferentes vías. Bien a través de avión llegando hasta el aeropuerto de Jerez, a 55 kilómetros, el de Sevilla a 140 kilómetros, Gibraltar a 90 kilómetros o Málaga a 203 kilómetros; siendo el trayecto desde éstos hasta la localidad autovía en todo momento. O bien también es posible llegar en tren hasta la estación de San Fernando, situada a 32 kilómetros de Vejer de la Frontera.
Barbate
En Barbate, enriquécete de los vestigios arqueológicos, muestra de imborrable sabiduría y convivencia. Conoce las almadrabas, arte hecho tradición viva. Quédate prisionero de murallas, torres y castillos, huella de grandeza y de lugar estratégico. Se yerguen activos como signo de supervivencia a los tiempos, identidad que perdura en nuestras calles. Disfruta de fiestas y celebraciones heredadas de antaño y desata el placer de los sentidos ante la degustación de nuestra rica y variada gastronomía, cultivada con esmero por reconocidos restauradores. Piérdete en nuestros de características irrepetibles, conservados y mimados para su disfrute: bosques, playas, marismas…
Barbate. Una realidad de hoy, cargada de ayer y de mañana.
Mágicos atardeceres y días coloristas dan la bienvenida a la «Costa de la Luz», donde aguarda Barbate. El marinero pueblo de Zahara abre paso a las playas de Pajares y el Botero, idóneas para practicar deportes náuticos o hacer senderismo. Dunas, marismas y salinas arriban a Barbate. El río nos lleva al Paseo Marítimo, a la Playa del Carmen, muy segura y prácticamente fundida con el casco urbano.
El Puerto de la Albufera da paso a la Playa de la Hierbabuena, donde tierra y mar se funden en Parque Natual, acantilado y siglos de historia. Por orilla y parajes llegamos a Los Caños de Meca. Cadenas de dunas nos llevan a Zahora y hasta el Tómbolo de Trafalgar. Barbate; déjate llevar. Quédate y verás.
Conil de la Frontera
Conil de la Frontera es una localidad de la provincia de Cádiz. En el año 2006 contaba con 19.417 habitantes. Su extensión superficial es de 87 km² y tiene una densidad de 223,18 hab/km². Sus coordenadas geográficas son 36º 16′ N, 6º 05′ O. Se encuentra situada a una altitud de 41 metros y a 43 kilómetros de la capital de provincia, Cádiz.
Conil está situado sobre un llano costero al suroeste de la provincia de cádiz, bañado por el océano Atlántico. Dista de la capital unos 43 kilómetros.
Conil limita con la localidad de Chiclana de la frontera al norte y con la de Vejer de la Fra. al este y al sur. Al oeste limita con el océano Atlántico.
Tradicionalmente la economía principal ha sido pesquera y agrícola-ganadera; sin embargo, en la actualidad, esta se está desplazando hacia una economía basada en el sector servicios, debido al gran desarrollo turístico que ha surgido en esta localidad costera en los últimos años. Llegando, incluso, a ser uno de los enclaves de la costa gaditana con mayor interés en las inversiones turísticas.
Medina Sidonia
Medina sidonia, 3.000 años de antigüedad, Galardonada con el premio al Embellecimiento de los Pueblos Andaluces y declarada Conjunto Histórico Artístico y Bien de Interés Cultural en el año 2001.
Visitar la ciudad de Medina Sidonia es dar un paseo por la historia, descubrir y conocer entre sus calles, vestigios y huellas de las distintas civilizaciones que forman parte de la memoria y el legado histórico de la localidad.
Reconocida por la belleza de sus características calles blancas, el enrejado de sus balcones y ventanas, por sus apreciados, genuinos y deliciosos dulces artesanos y por su rica gastronomía. Medina Sidonia es una de las poblaciones históricas y monumentales más importantes de la provincia de Cádiz.
Tanto las fuentes escritas como las arqueológicas demuestran su antigüedad de la ciudad, la cual por su localización y enclave estratégico ha jugado un papel importante en el proceso histórico de la zona.
Jerez de la Frontera
Pocos lugares en España gozan de un reconocimiento internacional como el que disfruta Jerez de la Frontera. Gracias a su vino -el “jerez” o “sherry”-, el nombre de esta ciudad andaluza hace mucho tiempo que traspasó fronteras para trascender a todo el mundo hasta llegar a universalizarse. Pero no se crea que Jerez es sólo su vino. Jerez, como dice con razón una de susfrases promocionales, es “mucho más”. Aún a riesgo de caer en tantos tópicos como la han hecho famosa, hemos de decir que Jerez, además de su vino, también es el caballo, es el flamenco, el toro, el deporte, los grandes eventos, el circuito de velocidad y son tantos otros elementos cualitativos como aquí se manifiestan con la rotundidad de lo concluyente y que se muestran capaces de definir su singular personalidad.
Jerez también es historia, es legado monumental, es cúmulo de atavismos y lugar de arraigadas tradiciones que son características de las ciudades que pueden presumir de dilatadas biografías. De orígenes aureolados por la mítica civilización tartésica que prosperó en las inmediaciones de la costa suratlántica andaluza, sabemos de la existencia de una Xera fenicia, luego intensamente romanizada con el nombre de Ceret, y de una Scherisch musulmana que alcanzaría gran protagonismo económico y militar hasta su caída en manos cristianas en 1264.
Cádiz
Hablar de la historia de la ciudad de Cádiz puede llevarnos muchas palabras ya que, por dar solo un dato, la Tacita de Plata es considerada la ciudad más antigua de Occidente.
Así que, desde entonces hasta ahora, han llovido muchos acontecimientos históricos en la ciudad. La ciudad de Cádiz fue fundada por los fenicios en el año 1.100 a.C. Entonces era un puerto mercantil dedicado al comercio de materias primas como el estaño, la plata o el ámbar. La ciudad alcanza una gran prosperidad en la época romana. No en vano, Julio César le concede el tíulo de civitas federata al Senado romano. Además, otra prueba de esa prosperidad es el legado romano que ha quedado en la provincia.
Después del reinado árabe en el siglo XVI, la ciudad comenzó a prosperar debido a su situación estratégica, ideal para el comercio con el Nuevo Mundo. Tanto es así que dos de los históricos viajes de Cristóbal Colón hacia América tomaron salida desde aquí. Con los Borbones, comienza un período de prosperidad económica, que se dio en llamar El Siglo de Oro Gaditano, gracias al progreso es la hegemonía de Cádiz en el comercio con la India. Con la ampliación en el número de puertos que podían comerciar con las Indias, Cádiz comienza su mar cha atrás decadente, suprimiéndose el comercio con las Indias en 1790. A esta pérdida de hegemonía en el comercio, habrá que sumarle también las guerras hispano-británicas, que tuvieron en ocasiones a Cádiz como escenario. Sin ir más lejos, la batalla de Trafalgar, en 1805, uno de los acontecimientos bélicos más importantes de la bahía de Cádiz. Pero, sin duda, el hecho más importante que acontece en Cádiz es la promulgación de la Constitución de 1812, la primera constitución española, popularmente conocida como «La Pepa». Aún en la actualidad, Cádiz mantiene su espíritu liberal y permanece como una ciudad viva y abierta.
Tarifa
A tan sólo 14 km de África, Tarifa es el punto de enlace entre África y Europa. Este hecho, sumado al fuerte viento de levante inherente a la ciudad, son los principales rasgos que definen a un lugar en el que los deportes de viento, como el windtsuf y el kitesurft, han dado fama mundial.
Pero Tarifa es mucho más, su ubicación estratégica ha hecho de ella un punto clave en las diversas civilizaciones que han llegado a la Península Ibérica, lo que le da una especial idiosincrasia que es el orgullo de los tarifeños.
Arcos de la Frontera
Arcos de la Frontera constituye uno de los ejemplos mas destacados de emplazamiento en altura, ocupa la cumbre y ladera de una peña situada en la margen derecha del río Guadalete. Sus altitudes oscilan entre los 50 metros de la orilla del río y los 195 de la base del castillo.
Es una ciudad de singular belleza, conocida internacionalmente a través de los medios de comunicación, escritos y audiovisuales.
Las panorámicas mas sobresalientes de su singular silueta pueden obtenerse desde la carretera de Paterna y Alcalá de los Gazules al Sur, la carretera de Algar y El Bosque por el Noroeste y el Este, el acceso desde Jerez de la Frontera por el Oeste y el antiguo camino de Bornos y el acceso desde el embalse de Arcos por el Norte.
Desde el interior se observan visuales del río y la campiña desde el mirador de la Peña, Paseo de Boliches, Calle Peña Vieja, Mirador de Abades, Mirador de San Agustín y las torres de San Pedro y Santa María.
Posee un conjunto histórico-artístico, declarado según decreto de marzo de 1962, determinado por la vieja muralla y definido por los restos que de ella se conservan. Existen también otros dos monumentos histórico-artísticos declarados: la basílica de Santa María de la Asunción y el órgano de la misma basílica.
Tiene además esta ciudad un enorme interés arqueológico, dado que la depresión del río Guadalete en el sector de Arcos de la Frontera según estudios recientes de las ocupaciones humanas en el transcurso de la Prehistoria tanto en sus etapas mas antiguas como ya en el comienzo de la época histórica, registran importantes asentamientos postpaleolíticos, que abarcan desde el inicio de las primeras comunidades de agricultores y ganaderos incipientes hasta un desarrollado control del territorio por parte de las sociedades jerarquizadas de la Edad del Bronce.
El momento de máxima ocupación del territorio arcense, lo constituye el mundo romano. Desde el siglo II antes de Cristo se puede constatar su presencia; sobre todo los primeros asentamientos coinciden con aquellos lugares que estratégicamente están mejor situados. En el siglo I de nuestra era se produce una ocupación total, coincidiendo con la Pax romana.
Tampoco podemos olvidar la decisiva configuración de Arcos en la época musulmana, el trazado de sus calles, el alcázar militar, la muralla, los molinos, etc…; cuando incluso llega a ser reino de Taifas; o la densa crónica castellana, auxiliada por sus privilegios que aún se conservan en el riquísimo archivo municipal, mientras el pueblo se desborda de sus murallas y la creación de templos o la instalación de órdenes religiosas llega a su cenit desde el siglo XV al XVIII.
Entre las ofertas que Arcos depara al visitante, amén de descubrir su conjunto monumental, podríamos citar la de practicar actividades náuticas en el lago de Arcos y el vuelo libre en ala delta o parapente, dadas sus excepcionales condiciones para ello.
Pintores, escultores, fotógrafos, escritores, buenos cantaores y guitarristas han nacido en este suelo o se han afincado aquí, no en vano se le ha llamado en repetidas ocasiones la «ciudad de los poetas».
Como quiera que sea, Arcos es una ciudad que merece la pena visitar despacio, descubrir sin prisas, penetrando en sus laberínticas callejuelas, en sus empinadas cuestas para recibir el regalo de un atardecer desde algún mirador, o escuchar el armonioso sonido de sus campanas, curiosear sus patios y sus edificios tan representativos de la arquitectura vernácula en la Baja Andalucía, asistir a alguna de sus fiestas típicas y sobre todo deleitarse con la plenitud de la primavera en su Semana Santa, declarada de interés turístico.
En definitiva, el valor esencial de una ciudad como Arcos de la Frontera es la viva referencia de su pasado, tanto como en sus manifestaciones humanas, a pesar de que la realidad que la hizo posible haya desaparecido, porque la memoria histórica, las tradiciones, y las piedra permanecen desafiantes mientras pasan los hombres.